CONCILIO

(gr.: «sunedrion» = «sentados juntos») se traduce siempre «concilio» en la revisión 1960; la revisión 1977 translitera «sanedrín» en todos los casos menos en Mt. 10:17; Mr. 13:9, donde dice «tribunales». No parece haber equivalente hebreo para este término. El judaísmo rabínico afirma que su origen está en los setenta ancianos elegidos para asistir a Moisés (Nm. 9:16, 17); pero nada se dice de tal concilio en la época del reino.

Su origen parece estar en la época de los Macabeos.

Los escritores más antiguos no nos dan su composición; del NT vemos que estaba constituido por los principales sacerdotes, o cabezas de los veinticuatro órdenes del sacerdocio, más los ancianos, los doctores de la ley, y los escribas. Era el tribunal supremo de los judíos, actuando «en todas las causas, y sobre todas las personas, eclesiásticas y civiles».

Sus decisiones eran vinculantes sobre todos los judíos en todas partes. Sus poderes fueron limitados por Herodes y después por los romanos, que prohibieron a los judíos llevar a cabo sentencias de muerte sin refrendo de la autoridad imperial (Jn. 18:31).

El Señor (Lc. 22:66); Pedro y Juan (Hch. 4:1-23; 5:17-41); Esteban (Hch. 6:12-15); y Pablo (Hch. 22:30; 23:1-10) comparecieron ante el Concilio, o Sanedrín.