SINAÍ

Monte que recibe también el nombre de Horeb. Los israelitas llegaron a este lugar en el tercer mes después de su salida de Egipto, cuando hubieron pasado por Mara, Elim, y seguido un trecho de la costa del mar Rojo (Éx. 19:1). Pasando por el monte Seir había once días de marcha desde Horeb a Cades-barnea (Dt. 1:2). Al pie del Sinaí se extendía una región desértica, donde el pueblo levantó sus tiendas (Éx. 19:2). El monte estaba tan cerca que se podía tocar (Éx. 19:12), y su cima se levantaba sobre el campamento (Éx. 19:16, 18, 20). El Decálogo fue promulgado sobre este monte, a cuyo pie fue ratificado el pacto que hacía de Israel una nación de la que Jehová sería el Rey (Éx. 20:1-24:8). Se declara una y otra vez (Éx. 24:12; 31:18; 34:2; Lv. 1:1; 16:1; 25:1; 26:46; 27:34; Nm. 1:1; 9:1) que toda la legislación que figura entre Éx. 20:1 y Nm. 10 fue decretada sobre el Sinaí, o al pie del monte. La única mención bíblica posterior de alguien que subiera a esta cima se refiere a Elías, que huía de la ira de Jezabel (1 R. 19:8).

Según un reducido número de autores, el monte Sinaí estaría en la región de Seir, pero la postura prevalente lo sitúa entre las eminencias de la península del Sinaí. Una tradición que se remonta a la época de Eusebio de Cesarea, asimila el Sinaí al Serbal, sobre el wadi Feirãn. La que lo sitúa en el Jebel Musa data sólo de la época de Justiniano. Sin embargo, ello no prueba que la tradición no existiera antes. Las dos opiniones siguen siendo objeto de debate. El Serbal es el más imponente de los dos. Visible de lejos, se eleva solitario, majestuoso, hasta una altura de 2.050 m., pero no tiene en la base una extensión de desierto que se corresponda con el que recibe el nombre de Sinaí. El Jebel Musa forma parte de una cresta de granito que mide algo más de 3 Km. de noroeste a sureste. Esta cresta presenta dos cimas: Rãs es-Sûfsãfeh (pico de sauces), en el extremo norte, tiene una altitud de alrededor de 2.000 m. El Jebel Musa, el Sinaí tradicional, en el extremo sur, alcanza los 2.314 m. Ciertos eruditos, Tischendorf entre ellos, consideran que la meseta del extremo superior del wadi es-Sadad, casi al este del Jebel Musa, fue el emplazamiento del campamento de los israelitas. Pero éste es un espacio demasiado reducido para haber contenido a todo el pueblo. La parte inferior de Rãs es-Sûfsãfeh consiste, en su parte noroccidental, en un escarpado muro. Más abajo de esta pared se extiende la llanura de er-Rãha, con una superficie ligeramente inferior a 3 km2. Esta llanura, cercana a los wadis esh-Sheikh y ed-Deir, sería muy apropiada para un campamento.