VID

Este término designa generalmente la verdadera vid («Vitis vinifera»), originaria de Asia occidental (del sur del mar Caspio) (cfr. Gn. 9:20, 21). Los egipcios la cultivaban (Gn. 40:9-11; Sal. 78:47). Existen esculturas del Imperio Antiguo en las que se representan vides, uvas y prensas, así como la elaboración del vino. La tierra y el clima de Palestina son adecuadas para su cultivo, que fue practicado desde el principio en Canaán (Gn. 14:18). La vid crecía en las llanuras de Filistea, Jezreel, Genesaret (1 R. 21:1; Guerras 3:10, 8) y prosperaba en las regiones accidentadas cercanas a Hebrón, Silo, Siquem (Nm. 13:23; Jue. 9:27; 21:20; Jer. 31:5), En-gadi (Cnt. 1:14), Hesbón, Eleale, Sibma al este del Jordán (Is. 16:8-10; Jer. 48:32) y en el Líbano (Os. 14.7). Hay una enorme diferencia entre las plantas buenas y las silvestres (Is. 5:2; Jer. 2:21).

Las viñas se hallaban, frecuentemente, bien en las cumbres o bien en las laderas de las colinas, en ocasiones descendiendo en terrazas artificiales (Is. 5:1; Jl. 3:18). Estaba protegida con un vallado o un muro (Nm. 22:24; Sal. 80:8-12; Pr. 24:30, 31; Cnt. 2:15; Is. 5:5). Se despedregaba el terreno, se erigía una cabaña o una torre para el guardián, y se tallaba un lagar en la roca (Is. 1:8; 5:1-7; Mt. 21:33-41). Estos antiguos lagares siguen existiendo en gran cantidad en Palestina. De todas las plantas cultivadas, es la vid la que requiere más cuidados (Mt. 20:1-16; Lv. 25:3; Pr. 24:30, 31; Is. 5:6; Jn. 15.2). Se dejaba que la vid se extendiera por el suelo, sólo elevando los sarmientos que llevan fruto (Is. 16:8; Ez. 17:6). En ocasiones se hacia trepar la vid por árboles o bien sobre y entre enrejados (1 R. 4:25; Mi. 4:4).

Se cultivaba en particular la uva negra (Is. 63:2; Ap. 14:19-20). En lugares privilegiados, la maduración terminaba antes del mes de agosto. Se consumía la uva fresca o pasa (Nm. 6:3; Dt. 23:24); elemento muy apreciado de la alimentación, se conservaba también en forma de tortas (1 S. 25:18; 1 Cr. 16:3). Su jugo se bebía fresco o fermentado (véase VINO). Las vendimias comenzaban a mediados de septiembre y proseguían hasta octubre, en medio de un ambiente festivo. Las uvas eran pisadas en el lagar para obtener el mosto (Jue. 9:27; Is. 16:10; Jer, 25:30; 48:33).

Israel es asemejada a una vid (Sal. 80:8-13). En Is. 5 es asemejada a una viña. Dios la dispuso en una fértil ladera, plantándola con las más escogidas vides, y haciendo todo lo posible para su protección y rendimiento. Pero cuando se buscó fruto de ella, resultó que sólo daba uvas silvestres. Finalmente, Dios quitó su vallado, abandonándola a los elementos y a ser hollada por todos; una imagen profética de Israel en su estado de apostasía.

El Señor Jesús, así como vino a ser el verdadero Siervo de Jehová allí donde Israel había fracasado (véase SIERVO DE JEHOVÁ), vino también a ser la vid verdadera; Sus discípulos vienen a ser los pámpanos. No puede haber ningún verdadero fruto en sus vidas excepto en tanto que permanezcan en Él (Jn. 15:1-5).